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El 90 % de los ictus podría evitarse

Así de categóricos se muestran los expertos de la Sociedad Española de Neurología, SEN, en el día de la celebración del Día Mundial del Ictus (celebrado el 29 de octubre): el 90 % de los casos podrían evitarse con la prevención de los factores de riesgo. La coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, la doctora María Alonso de Leciñana, explica que “un ictus es un trastorno brusco en la circulación sanguínea del cerebro que puede ser producido por oclusión arterial (el 85% de los casos) o por hemorragia (el 15%)”. Recuerda además que el daño cerebral que produce un ictus depende del tiempo que dura ese trastorno y de la zona que se vea afectada. Por lo tanto “saber identificar los síntomas para acudir cuanto antes al hospital, puede ayudar mejorar significativamente el pronóstico de esta enfermedad”.

Teniendo en cuenta que por cada minuto en el que una persona sufre detención o disminución de la circulación de sangre en el cerebro se pierden 1,9 millones de neuronas y 14 billones de conexiones neuronales, y que una hora supone un envejecimiento cerebral de 3,6 años y una pérdida de 120 millones de neuronas, el ictus es siempre una urgencia médica. Por ello, ante los primeros síntomas de ictus debe llamarse inmediatamente al 112 y no trasladar al paciente por medios propios al hospital o al centro de salud.

Cada año se contabilizan en nuestro país entre 110.000 y 120.000 casos de esta patología que es la primera causa de discapacidad adquirida en los adultos, la segunda causa de muerte entre las mujeres y la segunda causa también de demencia en España. A pesar de estas cifras, la Organización Mundial de la Salud estima que, en los próximos 25 años, su incidencia se incrementará en un 27 %. De ahí la necesidad de poner el énfasis en los factores de riesgo y en los cánones que marcan un estilo de vida saludable

A pesar de que en los último 20 años la mortalidad y discapacidad por ictus ha disminuido, gracias a la mejora en la detección precoz de los síntomas, en el control de los principales factores de riesgo y en la introducción de nuevas medidas terapéuticas, como las Unidades de Ictus, la trombólisis o la trombectomía mecánica, su incidencia sigue aumentando. 

La edad es otro factor de riesgo, ya que la incidencia del ictus aumenta considerablemente a partir de los 60-65 años: un 5% de los mayores de 65 años de nuestro país han tenido un ictus. No obstante, el ictus, puede aparecer a cualquier edad: un 0,5% de todos los ictus se producen en personas menores de 20 años. Además, en los últimos 20 años ha aumentado un 25% el número de casos de ictus entre las personas de 20 a 64 años.

Síntomas a tener en cuenta: alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender; pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo; alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual; pérdida brusca de coordinación o equilibrio; y dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.

 

 

 

Más información: www.sen.es. 

 

 

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