InicioÁREASBIENESTARCómo organizar las vacaciones con enfermos de alzheimer

Cómo organizar las vacaciones con enfermos de alzheimer

Si organizar las vacaciones en familia no es una tarea sencilla, ésta se complica aún más cuando alguno de los miembros de la familia padece la enfermedad de Alzhéimer. Los familiares y los cuidadores han de tomar algunas precauciones importantes para conseguir, en definitiva, que esos días de descanso sean lo más provechosos posibles. Cualquier alteración en la rutina diaria puede afectar a personas con alzheimer por lo que la gestión adecuada de las vacaciones ha de hacerse con un objetivo claro: que el enfermo disfrute del mayor bienestar posible y que su cuidador disponga también de tiempo de descanso y de ocio.

Para conseguir estos objetivos la Fundación Pasqual Maragall ha elaborado una lista con los consejos necesarios:

  • No romper del todo con las rutinas. Mantener algunas de ellas, en función de la fase de la enfermedad de la que se trate, como los horarios de las comidas y las horas de sueño.
  • Contar con el apoyo de familiares y amigos para el cuidado del enfermo, de modo que el cuidador principal pueda contar con periodos de descanso.
  • Permitir al enfermo participar en la toma de decisiones en función del grado de deterioro que sufra.
  • Tener en cuenta que no es recomendable tener la agenda demasiado llena de compromisos. Es mejor planificar las actividades poco a poso.
  • Tener paciencia y no enfadarse con el enfermo si está desorientado en el nuevo entorno.
  • Si las vacaciones se pasan en casa, es recomendable salir a pasear a última hora de la tarde y tomar algo o explorar lugares cercanos con el enfermo.
  • Y si el enfermo se desplaza, en vacaciones, a casa de sus hijos, lo mejor es evitar los cambios de entorno frecuentes, por lo que habrá que dosificar con cabeza los tiempos de las estancias en los diferentes hogares.
  • A la hora de emprender un viaje, la Fundación Pasqual Maragall advierte de que a partir de la fase moderada de la enfermedad, no es muy recomendable, ya que los cambios y las exigencias que implican los viajes pueden favorecer la confusión y requiere de una elevada demanda de adaptación por parte de la persona enferma.

Más información en www.fpmaragall.org.

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